Unos artículos atrás, cuando hablábamos de Children of Bodom, nos recreábamos gustosamente en la gigantesca escena metalera de Finlandia. Y no es para menos. Como apuntamos, es el país con mayor número de bandas per cápita del planeta: 630 por cada millón de habitantes. Ahí es nada. Pero, aunque lejos de las cifras del país finés, Suecia mantiene el pulso: hasta 428 bandas. Algunas de ellas legendarias, como Sabaton, Opeth, Amon Amarth, Dark Funeral, Marduk, Crimson Moonlight, Twilight Force o la que nos concierne hoy: HammerFall.
Esta última banda, que ya cuenta con catorce álbumes de estudio a sus espaldas, fue levantada de la nada por el guitarrista sueco Oscar Dronjak junto con una serie de excelentes músicos que fue encontrando por los oscuros caminos de la Suecia metalera. La jugada no pudo salirle mejor. Y es que durante aquellos primeros años el grupo concibió algunos de los que son, para la crítica metalera especializada, sus mejores trabajos. No obstante, y con Dronjak como único miembro fundador en activo, HammerFall continúa dando muchísima guerra.
Es más, álbumes muy recientes como Built to Last, publicado en 2016, o (r)Evolution, publicado en 2014, tienen también muchísimo nivel. No todas las bandas soportan tan bien el paso de nada más y nada menos que 26 años. Pero esta mítica banda de power metal bárbaro sí, aunque permitidnos que nos quedemos con aquellos cuatro primeros discos para repasar la discografía de Hammerfall. Ya nos conocéis de sobra: somos unos nostálgicos irremediables.
HammerFall – Glory to the Brave
1997. Han pasado cuatro años desde que HammerFall cobrara vida. Cuatro años de irregularidad, de entradas y salidas, de concursos metaleros y de incertidumbre. Podría haber quedado en nada. Podría haber desaparecido el proyecto y habernos quedado para siempre sin HammerFall. Pero no. Se metieron en el estudio y sacaron este primer álbum llamado Glory to the Brave. A su manera, un golpe power metal sobre una mesa dominada hasta entonces por el death metal. Mucha, muchísima agresividad y contundencia en aquel fantástico debut.
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HammerFall – Legacy of Kings
Solo un añito después, la banda de Gotemburgo volvía a encerrarse en el estudio para idear un segundo álbum: Legacy of Kings. Supuso un paso más en la conquista territorial de HammerFall. Si con aquel debut consiguieron poner su nombre en la escena metalera sueca, con este segundo trabajo conquistaron el mundo. Con temas como Legacy of kings, Heeding the call o Let the hammer fall como armas seductoras, empezaron a dar conciertos por todo el planeta. Sus historias de caballeros templarios y demás vainas mediavales calaron muy hondo.
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HammerFall – Renegade
No es un axioma, pero el tercer disco de una banda suele decir bastante de esta. El primero suele ser una suerte de prueba marcada por las influencias musicales de los miembros. El segundo la consolidación del estilo propio. Y el tercero la garantía de que ese estilo no era casualidad ni cosa del azar. Y Renegade, editado en el año 2000, demostró con creces que HammerFall es una banda con mayúsculas. Canciones como Keep the flame burning o Templars of steel son auténticas barbaridades musicales. Es más, el álbum alcanzó pronto el disco de oro.
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HammerFall – Crimson Thunder
A pesar del éxito, HammerFall continuaba siendo una banda muy cuestionada por algunos sectores metaleros y parte de la crítica musical. A muchos no terminaba de encajarles aquella mezcla power metal melódico y heavy tradicional. Pero a otros les encantaba. Y con los brazos abiertos recibieron un cuarto álbum, Crimson Thunder, lleno de temazos como Hearts on fire o Hero’s return. Es más, fue con este álbum con el que HammerFall alcanzó verdaderamente la gloria internacional. Un sonido más pesado, más agresivo, más HammerFall que nunca.
