The Staytons «Singularity»
Sabemos que, inevitablemente, ahora que estás empezando a escuchar el riff inicial de la guitarra de Venti en ese pelotazo de apertura que es “Singularity” te estás preguntando si estos tíos son de Glasgow, Sheffield o Nueva York. Pero son de Villaviciosa una pequeña villa del midwest asturiano, tierra de manzana y sidra. Así que lo único a lo que podemos agarrarnos es al ardiente clavo infalible de la similitud del talento en las tierras de la lluvia; a la eterna juventud del rock and roll, ¡al siglo XXI!
Porque lo que escuchas es un disco de rock and roll con el subrayado de la modernidad, la vanguardia y el riesgo. No te olvides que lo ha producido Igor Paskual (guitarrista y compositor de Loquillo). Eso explica el clasicismo mezclado con la experimentación, los riffs y melodías sexualizadas y sudorosas, lo efímero y lo eterno fundiéndose en diez canciones cantadas por Juanvi como si el destino le hubiera puesto aquí para cantar exacta y solamente eso.
Con una actitud insultantemente soberbia, ¡punk!, detrás de aquello que nos muestran consiguen con este primer trabajo discográfico lo que siempre ha perseguido el rock and roll. Este disco te hace joven. Te hace libre. Tienes ganas de amar y matar. Eso es lo que sientes y no acabas de poder explicar. Porque no hay explicación.
Hay un pueblo en el condado de Marion, en el estado de Oregon, en el noroeste de los Estados Unidos, llamado Stayton. Allí residen los padres del cantante de esta banda. De ahí viene su nombre. Por eso cantan en inglés. Es el único dato racional de todo lo que les rodea. Lo demás es pura sensación. Casi un puñetero grito de guerra que parece decir que permanezcas en el tono, que permanezcas atento porque algo va a pasar. Escucha. ¡Grita!.
¡Staytons!.