Desde Dublín, con amor, hasta el mundo entero. Así podríamos definir la trayectoria de Thin Lizzy, una banda que parece tener tantas vidas como un gato. Hasta cuatro etapas diferentes pueden atribuírseles a la legendaria agrupación de hard rock, fundada en 1969 por los músicos Phil Lynott y Brian Downey. Pero fue precisamente durante esta primera etapa, con Lynott como vocalista y bajista, Downey como baterista y Eric Bell a la guitarra, cuando Thin Lizzy alcanzaron la gloria. Una gloria que ha quedado escrita con letras de oro en la historia.
Aunque la banda ha experimentado, con las distintas etapas y las innumerables entradas y salidas de miembros, muchísimos cambios en su sonido, siempre ha preservado una naturaleza esencialmente hard rock. Es verdad, no puede negarse, que en su música hay influencias de la psicodelia, del soul e incluso del blues, a ratos, pero el hard rock pesa más que cualquier otro ingrediente. Su gran líder, Phil Lynott, primer irlandés negro en alcanzar el éxito rockero, murió de fallo cardíaco tras sufrir una sobredosis de heroína. Parte de la magia murió con él.
Por suerte, y hasta que tuvo lugar esa tragedia en diciembre de 1985, Lynott tuvo tiempo de insuflarle talento a más no poder a Thin Lizzy. Junto a los otros integrantes, maravillosos músicos, compusieron auténticos discazos que merece la pena ponerse de vez en cuando. No podemos meterlos todos, así que haremos una pequeño mix con algunos de los álbumes más populares de la discografía de Thin Lizzy. Sube que te llevamos de paseo sonoro.
Thin Lizzy – Bad Reputation
Los primeros discos de la banda irlandesa, publicados en el primer lustro de los setenta, ya escondían semillas de lo que sería Thin Lizzy durante toda su trayectoria: una banda de rock total. Sin embargo, sería en la segunda mitad de la década cuando terminarían por explotar y consagrarse. Primero con Jailbreak, en 1976. Después con Johnny the Fox, ¡en aquel mismo año! Y por último con Bad Reputation, tan solo un año después, en 1977. Como podéis ver, unos todoterrenos capaces de producir discazos como quien hace zumitos de naranja.
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Thin Lizzy – Black Rose: A Rock Legend
El siguiente álbum de estudio de la banda, Black Rose: A Rock Legend –el famoso Live and Dangerous es un disco en vivo-, no aflojó en absoluto el acelerador. Todo lo contrario: para nosotros, y esto es puro gusto personal, este disco supuso la consagración total de Thin Lizzy en el olimpo rockero. Unas canciones donde la compenetración entre Phil Lynott y Gary Moore, guitarrista por aquel entonces de la banda de hard rock, alcanza unos niveles de vértigo. Si solo tenéis tiempo para uno, que sea este. Os enganchará tanto que seguiréis más tarde con los demás.
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Thin Lizzy – Chinatown
Tan solo un año más tarde, Phil Lynott y compañía (una compañía que, una vez más, volvía a cambiar, ya que se estrenaban en el grupo el guitarrista inglés Snowy White y el jovencísimo teclista Darren Wharton) regresaban a las tiendas con Chinatown. Con bastante probabilidad, no estamos ante el mejor trabajo de la banda irlandesa. Pero es un trabajo muy sólido que conserva el descabellado ritmo de las composiciones de Thin Lizzy. Quizá un álbum más oscuro, más serio, más enfadado. Elementos que lo convierten en un trabajo muy especial.
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Thin Lizzy – Renegade
Y cerramos este pequeño paseo con Renegade, publicado en 1981. Cuesta bastante entender cómo Thin Lizzy era capaz de mantener un ritmo de producción tan elevado sin perder calidad alguna. Y, además, con todas las circunstancias que rodeaban a la banda: entradas, salidas, conflictos, drogas, alcoholismo… El clásico manual de la banda rock. Aunque bastante olvidado en su momento, Renegade tiene verdaderos temazos como Angel of Death, Hollywood (Down on your luck) o la propia Renegade. El tiempo ha terminado poniéndolo donde merece.
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