En 1991, en la ciudad alemana de Mannheim, unos jovencísimos Markus Jülich y Lothar Först deciden comenzar un proyecto musical. Una pequeñita cosa que, con un baterista y un guitarrista, no tenía pinta de volar muy alto. Pero, poco después, el vocalista Gerhad Stass, el bajista Marc Zimmer y el teclista Katrin Goger se unirían a toda esta aventura musical. Acababa de nacer, con letras grandes, la banda Crematory, cuyo metal gótico ha dictado, durante los últimos veintiocho años, buena parte de la escena alemana adscrita al metal gótico más industrial.
Y es que, en todos estos años, la banda de metal industrial alemana Crematory ha sabido, contra pronóstico, mantenerse en la llama como muy pocas formaciones de su quinta. Su evolución de un death metal más clásico a un sonido más influenciado por el doom metal y el rock gótico les ha servido para dejar una huella con propia personalidad en el panorama alemán y europeo. A pesar de un pequeño parón en el año 2001, que terminó solo dos años después, Crematory continúa dando guerra en los escenarios y en las tiendas de discos.
Crematory – Pray
Como decíamos, una de las mayores proezas de la banda alemana ha sido sobrevivir. En ocasiones olvidamos las dificultades que tienen los grupos, en una industria en permanente usar y tirar, para seguir al pie del cañón. Por eso hoy haremos algo distinto: quedarnos con los cinco últimos discos de la banda. Y empezamos con Pray. Uno de esos trabajos donde los alemanes recuperan la esencia de clásicos como Act Seven o Believe. Tras un disco en alemán, aquí Gerhad vuelve el inglés. Todo sabe a aquel sonido con el que dieron vida al metal gótico en los ’90.
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Crematory – Infinity
A pesar de disputarse el puesto con hasta catorce discos de la discografía de Crematory, este Infinity ocupa por derecho propio uno de los cinco primeros puestos del ranking de la banda. O, al menos, para nosotros. Y es que en este disco encontramos temazos como Sense of Time o el tema homónimo del disco, Infinity, repletos de una magia y una majestuosidad melódica impresionante. No obstante, también encontramos algunos temas bastante menos inspirados. En esas donde, últimamente, flaquean ligeramente sus álbumes respecto a los primeros.
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Crematory – Antiserum
Vamos con el antepenúltimo álbum publicado por la banda. Fue hace cinco años, en 2014, y pasa por ser una de las propuestas más polémicas de Crematory. Sus composiciones están aparentemente muy condicionadas hacia lo comercial y un mayor componente electrónico. Es más, algunas de las canciones podrían oírse, sin suscitar el asombro, en cualquier discoteca. Sin embargo, siempre decimos que la música está para escucharla y para darle cada uno la interpretación que sienta. Antiserum nunca será un discazo, pero, oye, para gustos, colores.
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Crematory – Monument
Bajo nuestro punto de vista, Monument supuso un ponerse en pie tras aquel batacazo de 2014. Publicado solo dos años después, en 2016, Crematory contaría aquí con dos nuevos guitarristas: Tosse Basler y Rolf Munkes. Y su toque personal se nota. En general, el álbum contiene una mayor variedad y, lo más importante, ejecutada de manera más apuntalada. La tendencia de Crematory a fabricar temas para discotecas góticas sigue muy presente, pero hay mucho más. Desde luego, un álbum que merece unas cuantas escuchas.
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Crematory – Oblivion
Y nos despedimos de Crematory, los legendarios Crematory, mencionando su último álbum hasta el momento: Oblivion. Un álbum marcado por un aire continuista respecto a lo ejercitado en Monument. La frescura llegada de las nuevas incorporaciones aún perdura. Es más, aquí Tosse Basler, que además de guitarrista, hace las veces de co-vocalista, tiene bastante más protagonismo. ¿Qué nos deparará la banda en el futuro? No lo sabemos. Pero que seguirán en el candelero, eso sí, eso casi seguro que sí.