Magnum aterrizó en nuestras vidas en mitad de esa corriente renovadora conocida como la Nueva ola del heavy metal británico o NWOBHM que tuvo lugar a finales de los años setenta y principios de los ochenta. No obstante, el sonido de los chicos de Birmingham siempre estuvo más cercano al clásico hard rock que al heavy metal con todas sus letras. Es más, la banda británica siempre tonteó con el rock progresivo y con el pop rock, muy alejados de lo que hoy conocemos como metal. Sea como sea, y más allá de etiquetas, Magnum es todo un referente.
La formación formada en Birmingham por el guitarrista Tony Clarkin y el vocalista Bob Catley comenzó tocando en un mítico pub de la ciudad inglesa llamado Rum Runner. Con Kex Gorin a la batería y Bob Doyle en el bajo, el grupo Magnum empezó a levantar más y más expectación. No tardarían mucho en lanzarse a crear sus propias composiciones. En 1977, y todavía sin un sello discográfico ni un álbum de estudio en el mercado, la banda giró por todo Reino Unido como teloneros de los legendarios Judas Priest. Todo pintaba muy pero que muy bien.
Y los años venideros no hicieron sino confirmar aquellas sospechas. Kingdom of Madness, grabado en 1978 con el sello Jet Records, fue un sensacional aperitivo de lo que llegaría después. Desde entonces, Tony Clarkin y sus compañeros –que han ido variando, con entradas y salidas, a lo largo de todas estas décadas)- han entregado al mundo hasta veintiún discos de estudio. ¡Y con seis años de separación de por medio! Sin duda, una banda muy viva y con las ideas muy claras. Repasemos algunos de los hitos de la discografía de Magnum.
Magnum – Into the Valley of the Moonking
La primera etapa de Magnum es mucho más conocida. Fue ahí donde esbozaron discazos de la talla de Chase the Dragon, On a Storyteller’s Night, Vigilante o Wings of Heaven. Pero precisamente por eso hemos decidido volar hasta mucho más adelante, tras la reagrupación producida en 2001. Allí, concretamente en el año 2009, vemos este Into the Valley of the Moonking, donde tanto Clarkin como Bob Catley permanecen. Merece la pena escuchar este álbum solo para comprobar cómo, a pesar del paso del tiempo, Magnum sigue sacando temas soberbios.
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Magnum – The Visitation
Tan solo dos años después, los músicos de Birmingham volverían a encerrarse en los estudios de grabación para dar vida a The Visitation. Otra demostración más de ese adult oriented rock (OAR) que siempre ha caracterizado a la banda inglesa. Encontramos todos los ingredientes que hicieron grande a Magnum una vez. Asombrosos riffs del viejo Clarkin, epicidad a punta pala y una producción impecable. La única pega, en comparación con aquellos primeros trabajos, puede ser la regularidad. Aquí hay subidas y bajadas. Aquello era un viaje por las nubes.
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Magnum – Escape From The Shadow Garden
Llegamos al Escape From The Shadow Garden de 2014. Eso sí, con un On the 13th Day de por medio publicado solo dos años antes. Y ambos fueron una demostración muy evidente de que la banda sigue manteniéndose con la misma calidad compositiva de siempre. Detalle arriba, detalle abajo. Aquí, en este Escape, Magnum consigue además mantener una mayor homogeneidad de nivel a lo largo de todo el álbum. Es una gozada. Una explosión de explosiones instrumentales que te hace querer más y más y más.
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Magnum – Sacred Blood Divine
Con este Sacred Blood Divine de 2016 nos despedimos del grupo Magnum. Es probable que, para los seguidores de la banda, esta nueva entrega no esté al nivel compositivo de trabajos anteriores. Y es posible que tengan razón. Pero, no obstante, y aunque no sea un disco tremendamente ilusionante, es un correctísimo ejercicio de rock. Una aventura muy agradable de transitar con sus momentos mágicos aquí y allá. Que no todo en esta vida pueden ser obras maestras.
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