Los amantes del power metal, ese vástago del speed metal tan concentrado en la velocidad y en los componentes más melódicos de la música, no tenemos que marcharnos necesariamente a tierras alemanas, escandinavas o de cualquier otro rincón powermetalero del continente para encontrar buenas propuestas. Al fin y al cabo, tenemos en nuestro país muy buenas encarnaciones del power metal, repartidas y aquí y allá a lo largo y ancho de toda nuestra geografía nacional. Bandas metaleras españolas (como Dünedain) que han absorbido fielmente los preceptos del género.
Avalanch, Dark Moor, Warcry, Saratoga, Nocturnia u Opera Magna son solo algunos nombres entre una enorme cantidad de ellos. Cada una de estas bandas, a su manera, ha ido aportando su granito de arena a un movimiento cuyos inicios en nuestro país podemos ubicar en los años noventa. Un movimiento que continúa hoy día, aunque el género no atraviese precisamente sus puntos de popularidad más culminantes. Y, por supuesto, Dünedain, la banda que nos traemos hoy entre manos y a la queremos realizar nuestro particular homenaje en estas líneas.
La banda castellanoleonesa, liderada por Tony Delgado, comenzó su andadura en el año 1996. Y ha permanecido en activo ininterrumpidamente desde entonces. Toda una proeza en un universo, el de la industria musical, en constante inercia de usar y tirar. No todas las bandas, por buenas que sea, consiguen resistir al paso de los años. Dunedain sí. Con un sonido claramente encuadrado en el power metal más melódico, pero con ciertos retazos de un heavy metal más clásico, la formación abulense ha mantenido intacto su idilio con la parroquia estos años.
No obstante, y pese a que comenzaron a moverse muy temprano tardarían hasta seis años en grabar el primer trabajo. No fue álbum. Solo una maqueta no muy bien grabada que, no obstante, les puso en el mapa. Luego vendría una maqueta más. Y, ya en 2007, sacarían el famoso Luz de mi oscuridad. El disco con el que consiguieron por fin consolidarse en el circuito metalero español. Desde entonces, la calidad de sus trabajos no ha hecho sino aumentar una y otra vez. Exploremos juntos a continuación un poquito más la discografía de Dunedain.
Dünedain – Luz de mi oscuridad
Después de aquella maqueta de larga duración de nombre homónimo de 2004, los músicos de Madrigal de las Altas Torres se encerraron en los estudios para sacar este Luz de mi oscuridad. Es, sin duda, uno de los puntos de inflexión, ya que relajan las influencias externas y comienzan a tomar un sonido muy personal que les acompañará siempre. Aunque sin toda la parafernalia fantasiosa tradicional del power metal, Luz de mi oscuridad contiene la esencia del género, junto a unos matices muy renovadoras.
Comprar Luz de mi oscuridad
Dünedain – Pandemonium
Dos años después, la banda de power metal Dünedain volvía a las estanterías de las tiendas con su tercer álbum de estudio: Buscando el norte, compuesta por Buscando el norte I y Buscando el norte II. Le seguiría Mágica, tres años después. Dos discos que anticipaban una clara evolución de calidad de la banda española. Algo que acabaría siendo una realidad con Pandemonium, publicado en 2016. Sin perder un ápice de claridad en las ideas, vemos un Dunedain más ornamental, con más versatilidad y un cuidado extremo de los aspectos instrumentales.
Comprar Pandemonium
Dünedain – Memento Mori
Y llegamos a Memento Mori. Publicado este mismo año, el sexto disco de estudio es la confirmación definitiva del nivelazo metalero de los avilenses. Aquí, la banda liderada por Tony Delgado prosigue las líneas tomadas en el álbum anterior. Unas composiciones mucho más cuidadas, mucha contundencia, estribillos de una gran belleza y unas voces portentosas. Uno de los discos más atinados del conjunto castellanoleonés. Y sí, uno de los discos de metal españoles más interesantes del último lustro.