El honorable músico multiinstrumentista neoyorquino Joe Satriani vuelve a la carga con sus malabares guitarrísticos. En “Shapeshifting” su panorámica sonora llegaría hasta el infinito, sino fuera porque los cortes de su nuevo disco tienen que tener una duración limitada que lo sitúan con los pies en la tierra. A su audiencia le pide la máxima concentración, como si empezaras a meditar en una clase de yoga; en su mezcla de estilos tienen cabida hasta las mandolinas, tocadas por un invitado muy especial: Nigel Tufnel de Spinal Tap en “Waiting”.
A Joe Satriani le encanta contar historias a través de su guitarra. Así lleva más de tres décadas y hoy con sus juveniles 62 años, observamos que le queda cuerda para rato. Su estupenda forma queda recogida en el clímax de apertura con “Shapeshifting” como melodía sabrosa. Pisa el freno suavemente en “All for Love” y rinde homenaje al iniciador del surfrock, Ali Farka en “Ali Farka, Dick Dale and Alien…”. Le sigue “Perfect Dust”, 100% bailable, moderna y pegadiza.
A medida que avanzamos en la ultima obra de Joe Satriani, nos damos cuenta que el paseo se desarrolla por la zona mas animada y entretenida de tu ciudad favorita. Si una pega tienen sus discos, es que se pueden hacer cuesta arriba por ser puramente instrumentales; en este caso no es así, es mas, creo que es uno de los mejores de su dilatada carrera.
Su trayectoria está comprimida aquí, y el artista no se corta para ofrecernos sus mejores guiños con reminiscencias a su discografía, por ejemplo el estupendo “Cristal Planet” pero sin ser “casposo”, dando tiempo a la vez a la innovación como en “Here The Blue River”, un reggae en toda regla y a la muy funky “Falling Stars”, además de la experimentación con toque celta en “Yesterday´s Yesterday”.
Su banda es tan buena que nos parece a todos que él toca solo, el teclista Eric Cardieux contagia todo su extraordinario talento al igual que el bajista Chris Chaney y el batería mas solicitado en nuestra época moderna Kenny Aronoff, sin olvidar a Lisa Coleman, que estuvo a los teclados en el proyecto de Prince The Revolution, que se consagran en comunión para meter en la batidora todos los estilos musicales, creando la magia que hay en Shapeshifting.
Si te apetece un disco con todo el entusiasmo del mundo, creativo y con mezcla de texturas, no lo dudes y pulsa el >, el camaleónico Sucth está de vuelta al curro en plena pandemia para exterminarla.
Dr Vargas©️