Mark Reale, Guy Speranza, Louie Kouvaris, Jimmy Iommi y Peter Bitelli. Ellos fueron quienes, en la Nueva York de 1975, levantaron de la nada el proyecto Riot. Aunque no lo soltarían al mundo hasta 1977, año en que editaron aquel Rock City cargado de hard rock y rock and roll. En ese primer trabajo encontraríamos ya uno de los temas más populares de una banda mítica: Warrior. Una banda que hubo de superar muchos contratiempos para poder alcanzar el estatus que guarda hoy día entre los metaleros. El camino hasta la cima del heavy metal no sería fácil.
En primer lugar, porque la popularidad comercial de la banda Riot fue siempre muy discreta. Nunca conquistó al gran público. Nunca vendió los discos que vendían muchas otras bandas de metal de aquellos tiempos. Y eso que, con bastante seguridad, Riot tuviese bastante más calidad que muchas de ellas. La historia de la música está llena de situaciones igualmente incomprensibles. Las leyes del mercado, ya lo sabemos, no siempre encajan con las leyes del arte. A Riot le costó la separación en 1984. Aunque, por suerte, volverían a reunirse en 1988.
Comenzaría entonces una segunda vida para la banda de Mark Reale y compañía. Una marcada por dos factores: la incuestionable calidad musical y la inestabilidad de la banda, siendo Reale la única constante. Y lo sería hasta el año 2012, cuando una hemorragia interna provocada por la enfermedad de Crohn acabaría con la vida de este talentoso compositor y guitarrista. Desde entonces, y con Mike Flyntz a bordo, la banda continúa el legado bajo el nombre de Riot V. Hagamos homenaje a Reale repasando algunos puntos clave de la discografía de Riot.
Riot – Narita
Narita, segundo álbum de la banda publicado en 1979, fue el equivalente metalero de encestar dos triples sobre la bocina en dos partidos consecutivos para llevarse la victoria. Después de un maravilloso Rock City, los chicos de Riot volvían a descargar una espectacular dosis de hard rock setentero del más auténtico. La retahíla de riffs que se marcan Ventura y Reale es indescriptible. Todo encaja de modo salvaje y armónico en un álbum soberbio.
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Riot – Fire Down Under
Y no queremos ponernos pesados. ¿Pero podéis imaginar un tercer triple sobre la bocina? Porque los buenos de Riot lo volvieron a hacer. Comandados por Mark Reale y Guy Speranza, dos titanes de la música, se sacaron como si nada uno de los mejores discos de toda su discografía: Fire Down Under. Sin duda, la cima sonora de esa etapa inicial de los neoyorquinos. El trabajo vocal de Speranza es sencillamente impresionante. Un must listen.
Riot – Thundersteel
La banda pariría dos discos más antes de separarse durante cuatro años. El Restless Breed de 1982 y el Born In America. Dos trabajos que serían muy aceptables en las discografías de bandas menores, pero que palidecen en la discografía de Riot cuando los comparamos con Thundersteel. Publicado en 1988, supuso el regreso de Riot sin Speranza. También, para la mayoría de seguidores de la banda, la cumbre absoluta de su exquisita música.
Riot – Inmortal Soul
Hasta siete álbumes más mediarían entre aquel descomunal Thundersteel e Inmortal Soul, el último trabajo con Mark Reale de por medio. Su muerte llegaría tan solo un par de meses después de su publicación. Y no fue, para nada, un mal disco de despedida. De hecho, es otra de las obras cumbres de la formación de Nueva York. Mucho heavy y mucho speed condensados en un track list demoledor. Y con un Tony Moore sensacional en el micro.
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Riot Unleash The Fire
La muerte de Mark Reale supuso el adiós de Riot. Eso es innegable. El talento compositivo del rubio de Brooklyn no es, ni mucho menos, fácil de igualar. Así que el resto de integrantes de Riot en 2012 decidieron seguir con la banda, pero cambiando su nombre a Riot V. Bajo esta nueva denominación sacaron tres años después Unleash The Fire. Y, con doce temas cargados de sprints y poderío fónico, estuvieron a la altura de Reale. Se lo merecía.